26 mayo 2008

ENSALADA ORIENTAL

De cuando viajé con M (Dedicada a Maby, del foro KN)


Maby vive en un lugar cualquiera, sin más datos ni orientación, podría ser aquí en las islas, en medio de África, en algún pueblo de la recóndita Amazonia o en una calle anónima de una gran ciudad.

Maby no tiene imagen a este lado de la pantalla, no sabemos si es rubia, pelirroja o si lleva grande la melena. No vemos si va sobre tacones o andando en bajas sandalias de colores sobrios, ya que no le gusta hablar de ella.

A Maby le gustan los sabores salobres en la misma medida que le va la pura naturalidad de los gustos poco manipulados, apenas roza lo que toca, con la levedad de unas manos pálidas y respetuosas coloca sobre el plato, ahora aquí, ahora allá, ahora un color, ahora el otro… casi, casi, al azar.

Maby se confiesa seria y aburrida. Pero lo que no dice es que es grande y apasionada, con el alma inquieta y alegre por dentro, amante y soñadora, lo que seguro no confiesa son las numerosas batallas que emprende en su interior, ni las emociones que la hacen reír y llorar aun estando a solas.

Sabemos de su equilibrio y su actitud consecuente, de su amabilidad y sus palabras siempre serenas. Pero yo hoy la he cogido de la mano y me ha seguido con cierta emoción, hemos charlado en la cocina… se ha soltado la melena y he averiguado que tiene un don especial: Maby sabe escuchar.
Hemos conjurado al tiempo, ganado la batalla a los hombres grises que fuman sus horas y las de los demás. Hemos subido y bajado montañas, cruzado mares, escalado acantilados, desembarcado en playas de ensueño… y de tanto andar, hemos llegado a Oriente. Yo agotada, Maby igual… y con un apetito… Hemos buscado en la nevera, registrado la despensa y ¡ voilá!

ENSALADA ORIENTAL O De cuando viajé contigo

INGREDIENTES:

  • Al gusto para la ensalada: Lechuga, champiñones y brotes de soja.
  • Aliño emulsionado de:
chorro de aceite de oliva.
1 cucharita postre de vinagre
1 cucharita postre de jerez
1 cucharita salsa de soja
1 cucharita jugo maggi
1 cucharita de azúcar
1 toque de jengibre



Y para acompañar, un arroz frito.






PANGA EN SALSA DE UVAS

INGREDIENTES:
  • 2 filetes de panga bien embadurnados con las manos, unas horas antes, en buen vino blanco, aceite y sal.
  • 1/2 cebollita
  • unas 20 ó 25 uvas peladas y despepitadas previamente
  • aceite
  • vino blanco
  • sal y pimienta
Rehogar en aceite la cebolla picada muy menuda. Cuando ya esté añadirle las uvas y todo el juguito que hayan podido soltar e ir cocinando a la vez que se machaca con el canto de la espumadera. Añadirle un chorrito de buen y suave vino blanco, sal y pimienta al gusto. Si queda demasiado acuoso, se puede engordar la salsa con una pizca de maicena. A la hora de emplatar, asar los filetes de pescado y servirlos con la salsa

25 mayo 2008

TORTILLA LUNA RELLENA


En noches de luna llena
Cuando uno tiene los cables cruzados, enlazado el neutro y la fase… cuando las ganas de bulla agarrotan la garganta y desde lo más profundo de las tripas alborotan el buen juicio, el autocontrol y hasta las buenas maneras… cuando sólo esperamos que alguien nos mire de frente para ensayar aquella mirada de soslayo, arrebatada y fulminadora, o que nos diga A, para nosotros cantarle el abecedario entero y hasta el japonés… cuando uno mira por la ventana y lamenta vivir rodeado de huertas, cuando lo que querría sería luces de neón, chinos, hamburgueserías y guarrerías del estilo varias… cuando uno revisa armarios y nevera y no encuentra lo que, por otro lado, no compró… ¿Qué queda?
Un huevo frito… palotes con la lata de foiegras de la cesta navideña… croquetas congeladas…o
Una TORTILLA LUNA RELLENA

Ingredientes:
  • Champiñones de lata
  • Salsa de tomate casera (la mía con cebolla, zanahoria, oliva, tomates, por supuesto, sal, azúcar y vinagre, que había hecho conservas hace poco).
  • Huevo
  • Sal y Pimienta
  • Orégano o tomillo
  • Mayonesa al gusto.
Se rehogan los champiñones con sal y pimienta. Se prepara una tortilla francesa finita y redonda. Se calienta un poco de la salsa de tomate o se añade a los champis y se les da un golpe de calor. Se ponen esta mezcla sobre la mitad de la tortilla, se espolvorea de orégano o tomillo, doblando la otra media sobre ésto.

Así valdría para un estado ansioso suave. Si el deseo asesino es superior, acompañarla con un hilito de mayonesa. A mí desde luego me deja de un relajado… Me olvido de hamburguesas hasta, por lo menos, 6 ó 7 meses después, y de broncas, uffffff, ¡al menos mientras hago la digestión!

SUPERANDO UNA ADICCIÓN

Soy una aficionada y adicta a la comida rápida. No tengo paciencia para grandes preparativos, ni mucho tiempo tampoco. Así que las mezclas de alimentos crudos o poco tratados es una constante en mi casa.

Sin embargo, durante una época especialmente negada para la cocina y para la comida -cosa extrañísima en mí- caí en manos de estos preparados. Creo que he probado en mi vida un par de platos enlatados. Por curiosidad a veces me paro a mirar, pero nunca tanto como para caer en la tentación de comprar. Sin embargo, aquel día de debilidad física, tocada emocionalmente, me dejé arrastrar. Fue así donde empezó mi historia de amor adictivo con las ensaladas de bote... esos trozos de atún, ese aceite pringosillo y coloreado, ese regustillo a vinagre de fondo... oigggg, me cautivaron. Así llevo meses en las que las cenas de urgencia de mi casa se han resuelto compartiendo una lata de éstas.

El otro día volví a recuperar la cordura y, a falta de otra cosa a la que hacer picadillo, cogí tabla y cuchillo y preparé un buen bol de todo lo que me recordaba a ellas. He dejado mi droga lateril, y ahora tengo un nuevo aliado en el bol de la nevera. Tres días de pasión y lujuria me ha proporcionado, juegos y diversión garantizada... Creo que ya estoy liberada de la atracción por aquel pasillo del super.

ENSALADA NATURALMENTE ADICTIVA.



INGREDIENTES:
  • Pepino.
  • Pimientos verde y rojo (incluso asado)
  • Tomate durito.
  • Cebolla.
  • Zanahoria rallada.
  • Champis de lata
  • Millo (maíz).
  • Pepinillos.
  • Aceitunas.
  • Atún natural.
  • Aceite y sal.

Picar todo menudo y mezclar. Aliñar con buen aceite de oliva y sal. Bien protegido del aire, se conserva en la nevera algunos días. A la hora de servir, completar con vinagre si se prefiere, o mayonesa.

JUGANDO CON LA ENSALADA: Que si un día tal cual con tostadas de cereales y semillas, otro día con chopped de pavo...

Una cena improvisada con pita integral calentita y lechuga lollo bionda (y su sabor a fruto seco maravilloso).






21 mayo 2008

MIS CAPRICHOS NO SON DULCES

Hay caprichos que no son dulces ni cremosos. Que no llevan azúcar, nata ni trufa. Que no son sofisticados ni caros. Hay caprichos que, sencillamente, nos llenan la boca de sabores singulares.
La breve historia de estas lentejas viene desde que hace unos meses Arguiñano la preparó en su programa http://www.karlosnet.com/General/receta.php?c=2089, me gustó la sencillez y picó mi curiosidad.
La primera vez me gustó el toque del curry pero no pude con el ácido del yogur, sin embargo, tenían algo. Y seguí intentándolo con otras combinaciones hasta que ayer, la otra mañana, me descubrí un capricho, un antojo… quería “Lentejas con curry” completitas. Un plato y medio yogur más tarde era la mujer más feliz del mundo (y sin chocolate, flores, compras ni piropos –se los llevaron todos las lentejas-).

LENTEJAS AL CURRY


  • Lentejas Lanzarote
  • 1 Puerro
  • 1 zanahoria
  • 3 dientes de ajo
  • 1 cucharadita de curry
  • Vino y sal
  • Aceite de oliva
  • 3 Cucharadas de salsa de tomate casero
  • Guarnición: Papa frita en cuadraditos menudos y Yogur natural
Rehogamos en aceite de oliva la zanahoria, los ajos picaditos y el puerro en aros. Sumar las lentejas remojadas y dar también unas cuantas vueltas, añadirle un chorretón de vino y dejar evaporar el alcohol. Añadir el tomate casero, curry al gusto, sal y agua hasta cubrir holgadamente. Tapar la olla expres y cocinar unos minutos. (ojo al agua y al tiempo si se han puesto de remojo las lentejas, yo me quedé corta de un lado y me pasé por el otro, así salió más bien tirando a puré). Retirar y servir con papa frita en daditos menudos y yogur natural.

El resultado: un sabor ligeramente picante, refrescado por el toque del yogur y al que las papas fritas le revuelven a uno hasta la memoria que no tiene –en mi caso sí la tengo, ya que mi madre nos acompañaba las lentejas siempre vegetarianas, con unos daditos de papas fritas o incluso hechas chips-.

DE TAPAS POR MI MUNDO

Sentada en las rocas grandes de la playa chica, veo corretear desde lejos los lagartos en la arena, disputándose carosos de manzana que alguien dejó al partir.
Desde aquí, sin perspectiva, este trocito de Atlántico encajado en las paredes de la cala son las paredes de una cárcel de fortunas. Entre mis dedos abiertos, diminutos brillantes negros me cosquillean y me dan calor. En el horizonte la mirada se pierde en azules, mientras que a la espalda protege la montaña.
Cuántas veces me siento como un cangrejo, entre el mar y un cachito de tierra. Encerrada en un círculo que da la vida y al tiempo la limita.
Dicen que a los canarios nos cuesta salir, viajamos menos y tememos a la mar. Quizá sea verdad, pero por los mismos caminos que podríamos salir, dejamos entrar…

CARNE DE FIESTA



  • Carne de cerdo en tacos (aunque no sea lo habitual, el solomillo es ideal)
  • Adobo: Aceite Oliva, Vinagre (poco si el macerado va a hacerse de un día para otro), puñado de ajos – 8 ó 10- con piel y dados un golpe seco, orégano, pizca de tomillo, pimentón dulce o mezcla dulce-picante, sal.
Batir en un cuenco, añadir a los trozos de carne y completar con buen vino blanco.
Amasar con las manos limpias y dejar en reposo unas horas o, mejor, de un día para otro.
Escurrir bien la carne y freírla (cuidado salpicaduras, mejor secar la carne y tener a mano una tapa).
La carne queda tierna, con un intenso sabor y olor (en toda la casa) a fiesta popular canaria y a guachinche chicharrero.



Y en una de esas fiestas, entre ventorrillos, palmeras, adobos y timples, se encontraron un canario y una rusa.

Sigo mirando al mar, se acerca a lo lejos un barco…

11 mayo 2008

SOPA AROMÁTICA

Después de ver la sopa italiana de acelgas y salchichas de Leborin, prometí que sería la siguiente que probara en cuanto esta primavera loca me lo permitiera.
Buscando simplificar y adaptar a las costumbres de mi casa, suprimí las salchichas, que no dudo darían un gusto muy especial. El siguiente cambio vino un poco rodado. No me entusiasma el apio, pero estaba dispuesta esta vez a probar, ya que me imaginaba una sopa intensamente olorosa y pensaba le iría estupendamente. Sin embargo, importado no lo encontré y en el mercadillo del agricultor menos aún. Allí mismo cambié las acelgas por espinacas que tenían mucho mejor aspecto y me hice con el resto.

Finalmente los ingredientes:
  • Cebolla
  • Ajo
  • Puerro
  • Zanahoria
  • Espinacas
  • Papa
  • Judías blancas
  • Aceite de oliva
  • Sal, Pimienta roja y negra
  • Buen vino blanco y tomillo
Rehogué media cebolla con un ajo picado menudo, dos zanahorias en trozos, un puerro en rodajas, una papita en cuadrados menuditos, sal, pimienta, y tomillo. Añadí buen chorretón de vino, hasta casi cubrir las verduras y dejé a fuego fuerte para evaporar el alcohol. Completé de agua –se me había olvidado que no quedaba caldo en el congelador – y dejé hacer hasta que la zanahoria estuvo guisada pero resistente. En este momento añadí las hojas de cinco o seis ramas de espinacas bien lavadas y cortadas bastamente, y medio bote de judías blancas guisadas, lavadas bajo el grifo. Otros cinco minutitos y ¡listo!

La sopa… ¿cómo describirla?… Suavemente intensa, delicada, deliciosamente aromática y muy, muy sabrosa. Pidieron más y más, y hasta darle un lugar en los fijos de esta cocina. ¿Quién da más con menos? Es perfecta también como sopa de veranos suaves como éstos y me prometí otro día probarla con salchichas aunque fueran alemanas. Y la probé con salchichas frescas pero... definitivamente me quedo con la vegana.


SOPA COLBERT





INGREDIENTES:



  • Caldo al gusto

  • Zanahoria

  • Judías verdes

  • Papa

  • Champis

  • Huevo

  • Hortelana o Hierbahuerto


Calentar el caldo al gusto (yo durante el invierno suelo tener siempre en el congelador alguno a mano, de verduras o de éstas con algo de carne o gallina, limpio y desgrasado), añadirle las verduras partidas en bastoncitos y cocinar ligeramente. Cuando ya estén al dente, poner una latita de champis escurridos y la rama de hortelana y que de el último hervor. A la hora de servir, escalfar un huevo por persona en el mismo caldo, poner en el fondo del plato y, sobre él, el caldo y las verduras.


Desde hace mucho, guardaba la receta rescatada de una revista y pendiente para hacer. Buscando información en internet sobre esta sopa o consomé, encontré poca cosa, pero sí recordaba haberla visto en libros de recetas que mi madre guardaba, y en el libro de la Marquesa de Parabere (1940), que me regalaron hace unos años. Así que cogiendo un poco de aquí y de alla, me decidí con ella. En lo que todos coincidían es en la presentación de un consomé con tropezones de verduras y huevo escalfado. Las verduras coincidentes eran nabos, zanahorias y judías verdes, y la forma del corte, en bolitas. Yo opté por este corte y las verduras que tenía en casa, así como hacerlas muy crujientes. El huevo no lo he puesto crudo en el plato sino ya ligeramente escalfado pero con la yema sin hacer, porque no me gustan los huevos crudos.

¿Qué más puedo decir? ¿¡Qué es super aromática, sabrosa y suave!?

HAMBURGUESAS DE COLORES


(Variaciones sobre una receta de hamburguesas de pavo de Leborin, amiga del foro karlosnet. Para ella...)
A veces ocurre que en la vida tropiezas con personas que tras cinco minutos de conversación te hacen sentirte tan cómoda como si en realidad hubieras tropezado con una parte de ti, como si los cinco no fueran minutos sino años o décadas, y el desconocimiento de su existencia, sólo un tiempo de espera entre su anterior visita y ésta.
Con los años quizá se hace más complicado, puede que por encerrarnos más en un mundo circular de amistades-familia-trabajo, pero las veces que se puede dar, y da igual que sea con la chica que te sonríe habitualmente en la caja del super, o un viejo amigo de tu compañero que reaparece o alguien con quien te tratas formalmente, hasta que un día te das permiso y tiempo para abrir una puerta, o un ciber-amigo que te hace bucear en zonas de ti mismo que creías ya inexistentes y que simplemente dormían, y esas veces que se puede dar, decía, son tan intensas como cuando eres adolescente y la vida es una sorpresa nueva cada día.
En los foros, he aprendido, también se puede dar. Tanto al mismo nivel si uno se deja y los demás aceptan, como a otros niveles diferentes.
En este caso del foro de cocina, he descubierto que se da una especie de empatía de estilos… no sé cómo explicarme… es la intuición de que el análisis de sabores, productos, aromas, texturas y resultados que hace alguien en concreto, se asemejará mucho a las conclusiones que tú podrías sacar. Y entonces es muy fácil lanzarse a experimentar, con el casi convencimiento (no se puede tener al 100%) que coincidirás. … Y aunque estoy un poco locuela, ¡muchas veces acierto!

Ella puso la receta, y yo con dos pequeñísimas variaciones he pintado sus HAMBURGUESAS CON MIS COLORES.
Ingredientes: - Pechuga de pollo molida(ella ponía pavo) - Calabacín y Zanahoria rallados - Huevo batido - Sal, pimienta, tomillo y perejil (de mi cosecha).
Formarlas y hacerlas a la plancha.
Luego, y en distintas ocasiones, me he dedicado a "pintarlas" con distintas presentaciones que a la vistan y un poquito a la improvisación quedan.

03 mayo 2008

ENSALADA DE MARÍA O SUEÑO DE UN DÍA DE CALIMA

(Ensalada inspirada en María Bernardo, del foro karlosnet, y en su receta "brochetas de pollo a la mostaza" en la que me basé. Para ella...)



En días de calima, el cerebro se adormece al son de músicas silenciosas, el cuerpo blando y esquivo, como una duna de arena, se limita a respirar para mantener el ritmo de un corazón que marcha al mínimo. La piel se mimetiza arena, los ojos se entrecierran para evitar el polvo y la luz, tocar y observar no supone hoy lo mismo que ayer, y una sensualidad que no se puede explicar desde la razón respira por cada poro de la dermis y por resquicios en los pensamientos.

Antes de la calima había decidido preparar las brochetas de María Bernardo, aquellas que nos había presentado poco antes en su plato “donde habitan las hadas”… y que llevaban: - Mostaza - Oliva – Orégano - y ¡¡NARANJA.!! (cuánto hubiéramos perdido si se le llega a olvidar)
Y aquí, entre el soporcillo que ya empezaba a invadir la casa por puertas y ventanas y el embrujo de un sol fantasmal, se fraguó esta ensalada. Como en los sueños, los tacos de pechuga se transformaron en filetes finos, y el olor del jugo naranja refrescó cocina y nevera. Por la noche, ya plenamente poseída del espíritu africano, sólo quedó darle forma, y el sueño, mezcla del suyo y el mío, se hizo realidad.




RECETA

- Pollo a la mostaza (de María Bernardo) asado ligeramente para que no quede cual suela de alpargata.
- Base de lechuga
- Naranja sin piel ni pipas
- Aceitunas negras
- Vinagreta (Jugo recogido al partir la fruta + aceite + vinagre + salpimienta al gusto, si gusta)