15 febrero 2009

CARNAVAL II (Sopas de miel)


En los días de carnaval que recuerdo, las puertas de mi casa estaban siempre abiertas. Vecinos, familiares, amigos de mi padre y hasta los "piojos pegados" pasaban de camino a los "asaltos" (especie de verbena) particulares o los de los Centros Sociales de aquel entonces. Tocados con sombreros de paja, algún bote de polvos de talco en los bolsillos y algún instrumento, arrancaban de la monotonía con su pesada algarabía. Alguno intentaba arrastrar a D. Pancho en sus correrías. Tras observar la tarea inútil, los minutos se convertían en horas y los vasos en la humilde bodega iban trasegando el vino de la pipa. "¡Está bueno este año, eh!" Aunque mi padre, pícaramente, les hubiera dado a probar el avinagrado.
Lo bueno de esas tardes-noches maratonianas era que siempre caía algún duro para ir a por confetis, serpentinas, caretas o incluso petardos que vendían en la venta de Domiciano. Ir y volver sin llegar a casa empolvados era todo un logro. Las parrandas de gente que bebían y cantaban en la venta saludaban a golpe de talco a conocidos y desconocidos también. Incluso por la carretera, los espaciados coches que pasaban, sacaban las manos por fuera para espolvorear a los niños de las cunetas, dejando tras sí una estela blanca y olorosa de voces y risas.
Cuando único se cerraban las puertas era cuando se corría la voz o alguno de mis hermanos había visto a lo lejos acercarse un grupo de máscaras. Personajes oscuros, de faldas de luto sobre pantalones de faena, grises, negros, con pañuelos a la cabeza al uso de las viejas, sombreros, máscaras o trozos de tela blanca con ojos y bocas dibujadas de esperpénticas risas. Sus voces fingidas, sus bastonazos en las puertas y en las canillas si se cruzaban con uno, hacía que nos escondiéramos tras las faldas de mi madre, que siempre abría la puerta y repartía en sus bolsas de estas sopas de miel (original dulce de carnaval palmero, extendido por todas las islas posteriormente), de las torrijas con azúcar que nosotros llamamos rebanadas o de los rosquetes , que siempre había en casa por estas fiestas para brindar a las visitas.
"¿Una sopa de miel para esta mascarita?"
"¿Quién eres, mascarita?" -El silencio por respuesta o voces fingidas para formas evasivas sin sexo, sin nombre, conocidos o desconocidos. Quizá alguna frase mordaz, algún piropo que siempre quedaría en el anonimato, porque las quinielas sobre quienes serían jamás tenían solución sencilla
"Pues esos ojos maliciosos me suenan..."
"No, no, si llevaba bigote"
"¿Bigote?, si las muñecas eran de mujer!"
... y así los veíamos alejarse pista abajo y seguir su recorrido tocando en la puerta de cada casa y asustando a los niños.
Alguna vez nos tocó a nosotros ir de romería ocultos, y volver a casa con naranjas, caramelos, los ya mencionados dulces o, más extraño: algunas pesetas y duros que amontonábamos celosamente para volver a la venta, otra vez a por petardos los chicos, confetis, serpentinas de colores o pistolas de agua las niñas. Aunque ya el viernes de carnaval hubiera pasado, nos entreteníamos en preparar los huevos que mi madre había ido vaciando cuidadosamente, para luego hacer la fiesta llenándolos de papelitos recortados y polvos de talco. Y perseguirnos entre nosotros o usar los coches como dianas, desde parapetos que nos salvaban de posibles reprimendas.
Las comidas sencillas siempre se hacían algo más abundantes por si se tenía que compartir. Y en los años en que se había hecho alguna matanza, mi padre sacaba algunos trozos de tocino que terminaban hechos chicharrones para acompañar el vino... mis abuelos venían a cuidarnos por si mis padres querían ir al baile y entonces nosotros también teníamos almendrados, galletas y bollas de leche de El Paso. Uhmmmm, riquísimas rebanadas eran las que se hacían si por algún casual aquel pan llegaba a secarse.
________o________
Para días de puertas abiertas o atracón en solitario
SOPAS DE MIEL

Ingredientes:
Rebanadas de pan de cuatro días ( a mí me gustan que no queden ensopadas sino crujientes, así que lo dejo poner siempre bastante durito y escojo pan de miga prieta, aquí muchas panaderías hacen tamaños especiales por esos días, pan de libra extralargo o barras grandes pero vale cualquiera que haya ido quedando)
Agua y azúcar para el almíbar
Cáscara de limón
Canela
Matalahuva
Almendras tostadas o fritas
Miel de caña (ojo, ni abeja ni palma: caña)

Cortadas las rebanadas como se ven en la fotografía, reservar. Hacer un almíbar que, más o menos, sea la mitad de la cantidad que vayamos a poner de miel de caña. Añadirle cuando esté listo dicha miel, el limón, las ramas de canela, la matalahuva (anís) y unas pocas almendras machacadas gorditas. Las especias se pueden poner en un pañito blanco o sueltas, al gusto de cada cual pero teniendo en cuenta que si bien la canela se puede apartar, las semillas de anís las comeremos.
Dejar integrar bien, la casa se inundará de un aroma delicioso a carnaval y sólo nos quedará bajar el fuego e ir pasando las rebanadas por el líquido. Cuando empapen bien, colocar en la bandeja y espolvorear de más almendras. Si no vamos rápido o nos hemos pasado en la cocción de la miel, podemos aclarar con otro poquito de agua hasta terminar.

Dejar enfríar porque dicen que calientes sientan fatal. A sonreír y feliz carnaval.
PDT. Este año habría querido hacerlas bien para anotar las cantidades y compartir una receta bien explicada. Pero estoy inapetente, así que aquí queda, al ojo, como las he hecho yo desde siempre. Disculpad.

17 comentarios:

alinitaxula dijo...

ay mi niña con lo golosita que soy fijo que hago tus torrijas pero, ejej matalauva que es un licor jejee perdona mi ignoracia ejej
besin

Juan Hernández dijo...

Hola Adormidera. Un bonito relato que nos lleva a un tiempo quizás un tanto lejano pero de buenos recuerdos.
Esta especie de torrijas tienen una pinta de escándalo. Al ver la foto pensé que también se fríen pero luego he visto que no, solo empapar. De esta forma no las he probado pero creo que deben estar muy ricas.
Te noto un poco desganada y tu no eres así. Levanta el ánimo y a seguir dándome guerra jj.
Saludos

Anónimo dijo...

Hola Adormidera.Tus torrijas ceben buenisimas, de esta forma no las he probado. Yo las pongo fritas y rebosadas con miel.Un beso de Humita...!!!!!

mamen dijo...

Cuando yo puse las torrijas en el blog, se extrañaron porque las torrijas son en semana santa, pero en Galicia se hacen por carnavales y aqui en Cadiz tambien, ahora veo que en Canarias tambien son tipicas, me alegra saberlo, es algo que nos une mas, un abrazo

Toñi Sempere dijo...

a mi de todo esto, lo que más me gusta es leerte, no soy de mucha torrija, pero me quedo enganchada a tus historias.

un besito.

Adormidera dijo...

Muchas gracias, chicos.
Feliz carnaval.
Hasta pronto.

salvia dijo...

Unas torrijas para mi muy originales (por mi tierra se hacen con miel), las probaré que tengo en casa un tarrito de miel de caña (o sirope o...). Besotes!!!!

MolyGalicia dijo...

Un relato precioso que cása conmigo en algúnos puntos recordándome mi niñez...

Jamás había visto ni por supuesto probado las "sopas de miel", no me importaría nada compartírlas contigo tomando un café...

Besiños niña guapa!!!

Anónimo dijo...

Trasegar me parece un verbo sublime.
¡Qué borracho soy!

zer0gluten dijo...

Pues no se puede estar inapetente en carnaval y menos alguien tan lleno de vida como tú. Alguien que transmite y que transporta. Adormidera, sonrisa arriba, esto es un atraco!
A mi las torrijas me flipan, así que supongo que estas primas hermanas tienen que ser un placer de dioses, del carnaval o no.
Besitos sin gluten cargados de energía positiva para tí.

Unknown dijo...

Hola Adormidera!
Una receta desconocida para mí que me recuerda a la repostería árabe ¿?
Precioso relato de niñez..., ¿has empezado ya a deleitarte en los recuerdos de la infancia? Ja, ja, yo sí...
En Galicia también se comen torrijas por Carnaval...
Ojalá encontrase las palabras para traerte de vuelta...
Besazos

Anónimo dijo...

Hola Adormidera

No conocía esta receta asi que tomo nota. Por aqui son típicas en este tiempo también las torrijas junto con los frixuelos y las casadielles.

Me pillo una sopita de miel, preparo una infusión y te espero para que sigas contándome recuerdos tan hermosos de tu niñez.

Anímate guapa.

Feliz Carnaval.

Besos.

Nina Maguid dijo...

No conocía las torrijas así, me gustan porque no están fritas. Últimamente no consigo miel de caña pero insistiré.
Tu relato del carnaval me ha dejado con nostalgia de lo que nunca he tenido, cuánto color hay en tu vida y qué bien lo transmites. Ahora puedo decir que he vivido un carnaval de la Isla Bonita, que no es decir poco.
Un abrazo y que estés muy bien.

Mesilda dijo...

Holan Adormidera, menudas torrijas nos has presentado, no las he probado de esta manera pero por los ingredientes que llevan estaran para chuparse los dedos.
Me han encantado los videos,bonitas canciones y mas bonitos lugares,espero que tengas un feliz carnaval y comas muchas cosas ricas.Un beso.

Շαґмєŋ.- dijo...

Que buena pinta Adormidera!!!

El relato inmejorable cielo.

Feliz carnaval. Besos.

Anónimo dijo...

No conocía este tipo de torrijas, seguro que están muy buenas. ¡Y qué nombre más curioso!
Feliz Carnaval!!!!!!

Adormidera dijo...

Feliz carnaval a todos y, como siempre y más que nunca: gracias por volver siempre aunque la anfitriona no encienda el fogón para el café.
Sigo en la búsqueda.
Abrazos