22 octubre 2008

TÚ BIZCOCHO, YO ALBORONIA


Tú con tu horno, yo con mi fogón.
Tú calma madura, yo inquieto alboroto
Tú con lengua, yo con labios
Tú levantador de barreras, yo saltadora de pértiga
Tú dulce, yo salado
Tú de pocas palabras, yo de verbo agotador
Tú carne, yo pescado
Tú bajo, yo alta
Tú café, yo cacao
Tú sordo, yo ciega
Tú me preguntas a los ojos, yo te respondo a la boca
Tú picos, yo abrazos
Tú ensaladas contandetodo, yo ensaladas contandenada
Tú bizcocho *, yo alboronia
Ambos......... el resto.


*(Mira, pincha y aprende, chaval)

Sigo plenamente otoñal y en este momento aún más: ¡llueve! Desde hace un tiempo, y no sólo cuando llego a un lugar, siempre que veo llover me lleno de alegría, no sé si lo identifico con momentos buenos, con buenas cosechas, con aire limpio, no sé si ahuyenta mis temores a un mundo peor o me recuerda lo que me contó alguien, que si al llegar a un lugar te recibe la lluvia, es señal de buenos augurios.
En esta época tan vital en todos los sentidos, probar sabores nuevos es una necesidad también. Sabores para disfrutar y sabores para invitar.
En un libro había visto hace un par de semanas una receta de “Alboronia” con huevos y langostinos, me parece que era. Entonces le pedí al anfitrión de la casa que lo quería comer para la próxima vez y le dejé la hoja marcada para no olvidarlo. (a veces la confianza da asco, pensará seguramente él si lee esto)
Me dijo “¿te la apunto?”, le dije que no, que quería que la probáramos juntos.
Pero... al llegar a casa pudo más la curiosidad y busqué qué significaba esa palabra.
Entonces me enteré que es un plato de origen andalusí, traducido como guiso de berenjenas y precursor del pisto y tantos otros similares que hay por la geografía peninsular. Yo diría que, por lo leído hasta ahora, la diferencia está precisamente en el uso de la calabaza y quizá de la cebolla.
Ya después de enterarme de esto y sin ninguna duda de que me gustaría, me faltó tiempo para echar manos a la tabla de picar y la calabaza que guardaba en la nevera (jejejeje, estoy haciendo prácticas para cuando recoja las tres que tengo en el jardín), un poco más de información de la cordobesa Chari Serrano y aquí está.

Siempre dudo si presentarlo con los nombres originales porque soy muy respetuosa con esas recetas antiguas con procedencia declarada. Sobre todo cuando provienen de culturas que desconozco. No me gusta que información errónea o adaptada a nuestros gustos particulares viaje por la red como algo original. Así que haciendo las advertencias propias sobre la siempre libre adaptación a mis necesidades y preferencias, presento un auténtico manjar. Yo lo tomé con unas judías blancas y con añadido de laurel, que prefiero decidir en el último momento dependiendo del acompañamiento, otro día con arroz blanco y como guarnición de pollo asado al coñac, pero puede valer para lo mismo que el pisto, para lo que apetezca.



ALBORONIA (MI VERSIÓN)

INGREDIENTES:
Cebolla
Lasca de pimiento rojo y otra lasca verde
Calabaza
Calabacín y/o berenjenas
Tomates o tomate natural molido.
Aceite de oliva
(Azúcar, sal , vino, pimienta, lo que gusten o apetezcan)

A la hora de proceder, pues como cada cual tenga costumbre con el pisto. En mi caso no me gusta freír, sólo rehogar en poco aceite, normalmente añadiendo la verdura por orden de dureza y más bien a fuego fuerte, que quede crujiente. El tomate lo reduzco un poco en otro calderito con un poco de oliva, azúcar, vino blanco, sal y pimienta. Finalmente incorporo todo y dejo cojan sabor.

NOTA. El que tiene que invitarme a la alboronia no se libra, que me gustó esa combinación con huevo pochado y langostinos rebozados, además mientras la thermo trabaja, queda tiempo para poner la mesa. Yo me encargaré del postre esa vez. ;-)

8 comentarios:

Toñi Sempere dijo...

Tu plasmas , y yo interpreto.

Y aquí me tienes ahora, después de leerte , que no sé que decir...


Ah, si !!, que rico el pisto!

besitos

Cristóbal dijo...

Que buena pinta tiene ese plato,no se si aumentar el tabique de mi casa, o irme a vivir a un espacio abierto.
Ya tenía con mi amigo Rogelio, profesor de cocina de lo mejorcito que tenemos en Canarias,para que encima usted me haya metido el gusanillo de la cocina.
Sus fotos son geniales, me gusta cuando mete el zoom de la cámara en el plato, igual como cuando escribe que parece con la pluma llegar a los rincones del alma, para allí columpiar viejas necesidades.
No cabe duda que su amigo, a quien le marcó la receta en pendientes a realizar, se sentirá aliviado, de no tener que cocinar, al menos ese plato, aunque conociendo algo del individuo, no creo que le deje sin sorprender con algún plato de su huerta.
Que usted lo pase bien, y recuerdos a su amigo
Saludos de to

Adormidera dijo...

jajajjaa, PIcaniña, pero tú qué has interpretado que sin palabras te dejó?!
Un besote para tí. Dulce pisto este pisto, dulcísimo. A mí me encantó.

Adormidera dijo...

Uhm... mi querido To, me parece que la página quedó bien marcada en su (de él) libro de cocina. Allí la verdura estaba picada más menudita y se habló de hacer el huevo como experimento culinario en la máquina infernal. De los langostinos nada dijimos, pero vamos, con unas gambas grandes me conformo. Así que no creo que tenga que sentir alivio alguno, lo que tengo clarísimo es que me sorprenderá igual. Uhmmmm, recuerdo ahora aquella foto de lentejas de su libro libanés...
jajajajajja, igual me conformaría con una ensalada condetodo, y hasta un mendrugo de pan o un bizcocho bicolor que, probando, saliera. Eso ya lo sabe mi amigo.

En cuanto a si se debe subir la tapia o no... ¿no leyó que soy hábil saltando?, jajajajaja. Búsquese una burbuja y métase para estar a salvo. Pero tampoco mire mucho en esta dirección que el Sr. Rogelio le tenta (¿o es tienta?) con premeditación, alevosía, cuerpo presencial y de todo, y su cocina sí es una de muchos tenedores. Esta, "sapordios", es para comer al calorcito de la compañía con un vaso pequeño de vino, cuchara y tenedor no más, y hacer las fotos antes de terminar la primera cuarta, más que nada para atinar a enfocar sin que las risas hagan temblar el pulso (sin pretenderlo veo manteles de cuadritos verdes y me chispean los ojos y la maldad como entonces).
Recuerdos al de ud y un beso.

Anónimo dijo...

Qué cosas más ricas, madre!!!! SE ven apetitosas y tienen ese aire acogedor que con este frío ya va apeteciendo, así para reconfortar bien el cuerpo y también el alma.

Un besote.

Juan Hernández dijo...

Uno se pierde en la profundidad de tus preámbulos y cuando llega al meollo, el asombro aumenta más si cabe. Más que cocinera, que lo eres, eres pintora de comidas, artista, diría yo. Disfrutas con lo que haces. Una maravilla.
Un saludo

Adormidera dijo...

Maby, "acogedor" es uno de los adjetivos más hermosos, y dar muestras con un guiso de verduras calentito, cuando bajan las temperaturas, es como un abrazo que protege y refugia aunque sea momentáneamente.
Un beso

A ver, Juan, y tú ¿cómo piensas que puedo yo responder a eso? Ayyy, que me haces tonta (más aún) con tanto piropo. Sí que disfruto y en el momento que no es así, tiro de lechuga, pan, queso y potaje a granel. jajaajajaja. Cuando llegue el momento ya lo contaré.
Muchísimas gracias por tu amabilidad.

MolyGalicia dijo...

Deliciosa receta mi niña!!!, no tenía ni idea de ella, ni de lo que era, pero desde luego me ha llamado la atención, ayss con ese platito sólo me falta la cuchara, un poquito de pan y me siento enseguida a comer!!!

Besiños linda